Tratamientos de esteopatía en València

Cinco componentes del mecanismo respiratorio primario (MRP)

 

El Mecanismo Respiratorio Primario tradicionalmente ha sido descrito como algo que consta de cinco componentes. Estos fenómenos son expresiones de movimiento involuntario fisiológico dentro del sistema nervioso central y de la anatomía adyacente.

 

Cada componente del Mecanismo Respiratorio Primario, sin embargo, sólo existe en su relación con la función del conjunto. En verdad, la respiración primaria se expresa a través de todo el cuerpo. Podría decirse que este movimiento intrínseco es una expresión fundamental de la vida misma.

 

A continuación se describe brevemente los componentes del MRP:

La motilidad inherente del cerebro y la médula espinal.

 

El cerebro y la médula espinal ondulan rítmicamente como una medusa. A medida que el cerebro se enrolla y desenrolla, las cavidades dentro del cerebro (los ventrículos) y derredor del cerebro (las cisternas) cambian de forma.

 

Durante la fase de inhalación (flexión) el cerebro (y el cráneo óseo) se acorta y se ensancha. Durante la fase de exhalación (extensión) el cerebro (y el cráneo óseo) se alarga se estrecha.

 

 

La fluctuación del líquido cefalorraquídeo (LCR)

Es un hecho establecido que el liquido cefalorraquídeo (liquido que rodea el cerebro y la médula espinal y llena los ventrículos) fluctúa rítmicamente. Esta fluctuación rítmica puede observarse visualmente (y los cambios de presión medidas) durante una punción lumbar, hecho documentado en numerosos estudios de investigación.

 

La idea controvertida y original de la osteopatía craneal describe este movimiento del LCR recorriendo todo el cuerpo, circulando a lo largo de las vainas nerviosas espinales y craneales y a través de los vasos linfáticos extra-craneales. Aunque en un principio controvertido, este componente del concepto osteopático está siendo fuertemente apoyada por recientes investigaciones dentro de la neurociencia.

 

Se considera que el LCR desempeña un papel nutritivo muy potente en todos los tejidos del cuerpo. En sus últimos años, el Dr. Sutherland estaba tan impresionado con la potencia del LCR que llego a referirse a ella como "Luz liquida".

Los cambios dinámicos de las tensiones de la duramadre

Las meninges son las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, y contienen el liquido cefalorraquídeo. La duramadre es la capa más dura y la mas externa de las meninges. La duramadre también tiene una arquitectura interna en el cráneo compuesta de 3 hoces. Una corre de atrás hacia delante (llamado la hoz del cerebro) y separa los dos hemisferios cerebrales y cerebelares. Hay otras dos hoces, una a cada lado de la hoz del cerebro (llamadas las tiendas del cerebelo) que también van desde la parte trasera a la parte delantera. La tienda del cerebelo recibe su nombre por parecerse a una "tienda de acampada". La duramadre que cubre el exterior del cerebro se adhiere firmemente al agujero magno y las vértebras cervicales superiores, rodea la médula espinal y desciende hasta tapizar el interior del sacro y salir del canal raquídeo a nivel de la articulación sacrococcígea para anclarse fuertemente en las 2 primeras vertebras coccígeas.

 

La "Tienda" y el "Hoz" (el cerebro ha sido diseccionado)

 

Estas membranas de la duramadre están bajo tensión constante. Debido a esta tensión que existe a lo largo de ellas, nos referimos a la duramadre como una membrana de tensión recíproca (MTR). Si estiras de un extremo de la membrana, la tracción se transmite a lo largo de toda la estructura. La duramadre mantiene la integridad estructural del cráneo óseo (ya que se adhiere a los huesos). El movimiento del cerebro y el LCR pasa a las membranas creando un cambio dinámico de la tensión recíproca.

 

Cuando se traumatiza la cabeza, las membranas de la duramadre se pueden torcer y comprimir. El eje alrededor del cual se organiza el movimiento rítmico, se perturba. A menudo, estas membranas son la sede principal de la disfunción somática craneal, distorsionando de forma activa los huesos que dependen de ella.

La movilidad articular de los huesos craneales.

Hay 22 huesos en el cráneo (sin incluir la mandíbula ni los huesos del oído). Articulan entre si creando las suturas. Estos huesos se forman en membrana y en cartílago. Al nacer los huesos no están completamente formados, estando de hecho en algunos casos bastante separadas unos de las otros. En el momento del parto los huesos del cráneo se solapan y se expandan de nuevo después del parto recuperando sus posiciones naturales. Esta compresión fisiológica del cráneo en el parto, permite una capacidad máxima cerebral, a la vez que reduce al mínimo el daño cerebral. Durante todo el desarrollo del feto y después del nacimiento, el cerebro está en una constante ondulación y el LCR en una contaste fluctuación. Este movimiento se transmite a través de las membranas a los huesos. A medida que los huesos crecen y se aproximan están sometidos a un constante vaivén. Este movimiento mantiene las suturas abiertas. Las suturas contienen vasos sanguíneos, fibras nerviosas y tejido conectivo, al igual que cualquier articulación. El movimiento articular de la sutura es muy pequeña.

 

El movimiento de los huesos craneales es controvertido. El modelo clásico anatómico considera que

adulto. El concepto de un cráneo fusionado es errónea. El error se remonta a un artículo escrito en 1873, conocido como la "Doctrina de Monro-Kellie." La investigación que apoyó esta doctrina tiene más de 100 años de edad y no era muy precisa. Investigaciones más recientes apoyan las observaciones clínicas de movilidad interósea. Poco a poco el concepto de la movilidad de los huesos del cráneo se está aceptando como un hecho.

 

De hecho cuando se fusiona un hueso con otro, perdiendo así la sutura, resultando en una condición que se considera una patología. En personas saludables, las suturas craneales no se fusionan y siempre conservan una ligera cantidad de movimiento.

 

En la osteopatía craneal se tratan los huesos como si fueran hechos de líquido muy denso. Son tejidos vivos, en constante regeneración con una flexibilidad inherente. Un trauma no sólo puede comprimir los huesos juntos, si no también hacer que se "endurezcan" y pierdan su naturaleza fluida.

 

 

El Movimiento Respiratorio del sacro entre los huesos ilíacos.

El sacro está conectado al cráneo a través de las membranas durales que rodean la médula espinal. A la duramadre entre el hueso occipital y el sacro se le denomina "el nexo central." Conectando la base del cráneo con el sacro, el movimiento del occipucio se transmite libremente hasta el sacro. La relación del sacro con el occipucio se vuelve relevante cuando la posible causa de los dolores de cabeza pudieran ser debidos a una caída sobre el cóccix años atrás.

 

Un osteópata cualificado es capaz de percibir y trabajar con cualquier parte de este mecanismo fisiológico. Puede percibir los movimientos de los huesos, como tiran las membranas, como los fluidos fluctúan, e incluso la ondulación del cerebro.

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