Osteopatía en València

¿Quién Soy?

Nací y curse todos los estudios universitarios de osteopatía en Australia. Mi infancia se vio condicionado por mi padre que sufrió una lesión muy grave de columna cuando yo tenía 7 años. No pudo volver a trabajar y recuerdo que sufrió mucho.

 

Mi primera experiencia con la terapia manual surgió a raíz de una lesión deportiva que contraje yo mismo con 12 años. Este hecho despertó mi curiosidad por el mundo de la terapia manual y en el bachillerato empecé a investigar las terapias manuales a mi alcance (la osteopatía, la fisioterapia, la quiropráctica y el masaje). Me decidí por la osteopatía ya que me parecía la profesión más completa en su enfoque y con una historia muy bonita.

En el año 1992 conseguí matricularme en el doble grado de osteopatía. En un principio con la idea de ayudar a mi padre que aún sufría mucho. Descubrí en la osteopatía una profesión para mí apasionante. Los conocimientos que fui adquiriendo enseguida empecé a aplicar a todos los conocidos que se prestasen y más tarde en las clínicas estudiantiles que tenia la universidad.

 

Practicaba todo lo que iba aprendiendo, primero el masaje, luego el GOT, MET y en el tercer curso ya nos enseñaron la técnicas de Thrust. El Thrust era muy espectacular y divertido de aplicar, pero resulto ser un poco frustrante ya que funcionaba bien en casos sencillos y no tanto en crónicos y yo ya me había empezado a interesar por casos más complejos como mi padre. Mis colegas de estudios me iban derivando los casos duros de roer y yo iba aplicando las técnicas aprendidas. En cuarto de carrera mis habilidades palpatórias empezaban a desarrollarse y atendí un seminario del Dr. Johnson, especialista en técnicas funcionales. Me fascinó el método del Dr. Johnson y empecé a experimentar con estas técnicas osteopáticas menos invasivas y bruscas, técnicas denominadas indirectas. Para mi sorpresa descubrí que para casos crónicos y complejos resultaba ser mucho más efectivo. Fue un despertar repentino a otro mundo de posibilidades, donde el Thrust ya no jugaba un papel.

En el quinto año de estudios nos introdujeron a conceptos como la osteopatía visceral y la osteopatía craneal. El concepto craneal era interesante como modelo mecánico pero difícil de agarrar en su aspecto fluídico. Recuerdo perfectamente como nos recomendaron intentar evaluar el ritmo craneal en cada paciente que viéramos y si fuéramos constantes empezaríamos a percibir el ritmo inherente al sistema nervioso en unos 5 años. Curiosamente así fue. A los 5 años de licenciarme tenia la certeza de percibir el ritmo craneal. Entonces aproveche para ir a EEUU y profundizar mis conocimientos sobre el modelo craneal.

 

EEUU me abrió los ojos a otros modelos osteopáticos que ni siquiera supiera que existiesen. Dedique varios años al estudio de la manipulación linfática con el Dr. Bruno Chickly. Modelo fascinante que profundizó en gran medida mi percepción de los movimientos fluidícos del cuerpo humano, culminando en el currículo cerebral donde Dr. Chickly nos introdujo al mundo de la manipulación del cerebro. Llegado a este punto sentí mi comprensión de la osteopatía profundizar y los principios osteopáticos cobrar sentido.

Entonces en el año 2008 un colega me introdujo al concepto Biodinámica de la Osteopatía Craneal. Fue mi segundo despertar, sacudiendo por completo las fundaciones sobre las cuales había construido mi comprensión de la Osteopatía. Vi una manera de trabajar que no había podido contemplar hasta ese momento, pero que curiosamente tenía sentido. Me tiré de cabeza hacia esta nueva manera de abordar el cuerpo. Fueron unos años fascinantes y duros a la vez. Era como empezar de nuevo con todos los retos e inseguridades que conlleva aprender algo desde cero.

 

La biodinámica craneal profundizo mi capacidad de percepción y cambio mi manera de relacionarme con las disfunciones somáticas y el cuerpo en general. Ya no era Yo el que tenía que tratar las disfunciones, si no el quetenía que encontrar la fuerza terapéutica inherente en el sistema. Así cumpliendo con el primer principio de la osteopatía; la capacidad de autocuración.

Esta capacidad de encontrar la fuerza terapéutica dentro del paciente me abrió a la idea de la investigación. Empecé investigando con una multitud de condiciones, incluidas la hipersensibilidad electromagnética, la hipertensión, la psoriasis, enfermedades reumáticas y mas tarde ya con casos psiquiátricos y oncológicos.

 

Me han servido de mucho las investigaciones en consulta, brindándome la oportunidad de ver casos muy complejos y descubriendo las limitaciones del enfoque biofísico de la osteopatía.

 

Hoy en día veo el cuerpo como una suma de física, química y emoción. Veo que la salud necesita un enfoque multidisciplinario, que estamos a la merced de nuestra genética, de nuestras hormonas, de nuestra cultura, de nuestras creencias, del envejecimiento, etc. La osteopatía a solas no puede tratar los problemas acechando a un individuo hoy en día en nuestra sociedad.

 

Dicho esto, creo firmemente que la osteopatía debería jugar un papel muy importante en nuestra sociedad en el mantenimiento de la salud del individuo. Por eso me gustaría algún día dedicarme a la investigación en serio, dirigiendo ensayos clínicos pudiendo así demostrar el valor que tiene el TMO.

 

Por desgracia la osteopatía en España no esta regulada por ley y todo apunta a que mi titulo universitario de licenciado en osteopatía no se reconozca, así que actualmente me he inscrito en un grado de fisioterapia con la esperanza de matricularme en el curso 2016-17.

 

Esto implicaría el cese de la investigación en la consulta durante 4 años, cosa que me entristece, pero estoy seguro de que seria una experiencia positiva a la larga brindándome otras oportunidades de relacionarme profesionalmente y promover la osteopatía.

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